Tinta y Papel

Un cigarro que se quema lentamente sobre el cenicero, una copa de vino medio llena tal vez medio vacía, y en el centro papel y tinta se vuelven a unir recitando sentimientos vagos, contando historias sin antecedentes. De algún corazón que alguna vez se rompió, y volvió a querer sin precedente alguno, cuyo se levanta de la nada, sin prejuicios y muchos miedos.

Tinta y papel vuelven a ser testigos de historias fallidas y de triunfos sin méritos, ellos vuelven a reescribir las historias que alguna vez dejaron atrás, con cambios constantes, iguales y contradictorios, empapando de negro o tal vez azul aquellas lineas blancas de infinita inconsistencia.

Es aquella esencia de las figuras que se forman la que carece de valor y que llenan de emoción o alguna lagrima a personas insignificantes para el mundo, pero el mundo para una sola. Son observador y narrador de interminable lucha, con un final inconcluso, volviendo a empezar cada linea como una nueva historia.

La tinta china es la que dibuja el carácter de las cosas, el papel de naturaleza muerta inmortaliza y transcribe las imágenes irónicas adaptándolas a su intérprete relatando mentiras verdaderas, según el lector. Más sin embargo estos mismos personajes son los responsables de enmendar heridas o cavar cabos profundos.

Lo que alguna vez fue olvidado, tinta y papel reviven el pasado en el presente, convirtiendo la historia futura en un circulo vicioso. Y escritores y lectores ruegan a los dioses de las letras que rompan el ciclo con nuevas fórmulas y nuevos placeres, emanando los aromas del vil recuerdo y deseo.

Oh divina tinta y papel, forman una sola en el glorioso desván de la memoria, plasmado queda la historia que pocos contarán pero muchos querrán recordar.